"No hay peor miedo que el que construye uno mismo"
Dime, ¿qué ves ahí? El reflejo de
una sombra en otra. Un movimiento que no está, pero que sin embargo ves. ¿O no?
La noche juega sus cartas, y tu mano no es ganadora. Soy el crujir del suelo de
madera vieja, esa brisa en la nuca que te eriza el pelo. ¿Oyes ese ruido?
Piensa que es el colchón, o la cama entera, si lo prefieres. O puedo ser yo.
Eso, acurrucarte, acurrucarte bien bajo la manta, ¡como si pudiese protegerte!
Reza si eres creyente. O reza, sin más, pues cuando el final se acerca, todos
creemos en algo. ¿Lo ves?
¡¿Qué ha sido eso?! ¿Una luz?
¿Una luz ligera y fugaz? ¿O un engaño de tus ojos, que no se adaptan a la
oscuridad? Soy el hombre del saco, el monstruo del armario. Mil nombres me han
puesto. Mil rostros y ninguno. Y me acerco, me acerco cada vez más. Grita si
quieres, nadie te oirá. Nadie acudirá en tu ayuda. Búscame, ven a por mi, si
crees que puedes vencerme. Soy el miedo genuino y puro, y estoy cerca, más
cerca de lo que crees. Tan solo tienes que mirar dentro de ti y me encontrarás.
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