domingo, 26 de octubre de 2014

Una chispa en la eternidad


"If you live you will die, you won't live forever stuck in time"

Vas a morir. Algún día, dentro de mucho o pasado mañana, exhalarás por última vez y el ser que has sido, eres y serás hasta ese momento dejará de existir, dejando tan solo un envase en forma de cuerpo como testigo mudo de tu paso por la vida. También tus hijos, padre y familia morirán. Tus amigos no serán una excepción. No es una amenaza ni una advertencia, es un hecho. También yo moriré. Y mis hijos, padres y familia. También mis amigos. Y sí, esto también es un hecho.


Aunque se suele decir a la ligera, con aquella profundidad banal y superflua, somos hormiguitas ante la magnitud del universo, un simple chispazo casi etéreo ante la profunda oscuridad de la eternidad. No hace falta compararnos con el espacio entero, con toda la eternidad. Comparémonos con la Tierra, con los océanos. Comparémonos con un lago o un árbol. Somos un leve estornuda comparado con las veces que tú mismo respirarás durante tu vida.

Leemos el mensaje cada dos por tres, pero es más fácil cerrar los ojos y pensar que seremos eternos, que siempre habrá mañana y que el mes que viene empezaremos a ser felices. Pero el mes que viene, mañana, en diez minutos puede ser tarde, demasiado tarde para ti, para mí. Así que basta de excusas. Basta de justificaciones y evasivas. Pinta una sonrisa en tu boca ahora, ¡ya!, pues el cerebro no distingue entre las falsas y verdaderas, y empieza a construir la vida que siempre has querido. Porque te lo mereces. Porque te lo debes. Porque solamente estás de paso, de un paso muy corto.

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