“You
come from nothing and you’re going back to nothing. What you’ve lost? Nothing”
Venimos a sufrir. Venimos al mundo a pasar penurias y
aceptar, resignados, lo que malo que el futuro nos aguarda. Palabra de Dios,
promesa de un paraíso post mortem. Escúchame, hazme caso y calla las voces del
pecado tentador y demoníaco. Resiste, reprime tu alma humana manchada por Eva y
la manzana. Venimos a sufrir, el gozo está prohibido.
No mires las estrellas. No escuches el viento entre los
árboles. No disfrutes de un buen banquete ni de esa risa que alegra el espíritu
y aleja las penas. Vívelas, vive esas penas, pues en ellas está el gozo de
saber la recompensa futura asegurada. Así está dicho. Así se escribió. Así se
distorsionó.
La vida es sufrimiento. El mundo es una travesía en la
oscuridad, una larga noche oscura para el alma inmortal. La vida es esperar el
más allá, una promesa sólidamente etérea. No la verás, no la entenderás y se
escapará entre tus dedos. No mires las estrellas, no mires el universo. No
sientas los ríos y el mar. Resignación y fe. Aceptación y esperanza. No vivas y quizá, si
tengo razón vivirás. Pero por si acaso, no vivas.
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