"If you live you will die, you won't live forever stuck in time"
Vas a morir. Algún día, dentro de
mucho o pasado mañana, exhalarás por última vez y el ser que has sido, eres y
serás hasta ese momento dejará de existir, dejando tan solo un envase en forma
de cuerpo como testigo mudo de tu paso por la vida. También tus hijos, padre y
familia morirán. Tus amigos no serán una excepción. No es una amenaza ni una advertencia,
es un hecho. También yo moriré. Y mis hijos, padres y familia. También mis
amigos. Y sí, esto también es un hecho.
Aunque se suele decir a la
ligera, con aquella profundidad banal y superflua, somos hormiguitas ante la
magnitud del universo, un simple chispazo casi etéreo ante la profunda
oscuridad de la eternidad. No hace falta compararnos con el espacio entero, con
toda la eternidad. Comparémonos con la Tierra, con los océanos. Comparémonos
con un lago o un árbol. Somos un leve estornuda comparado con las veces que tú
mismo respirarás durante tu vida.
Leemos el mensaje cada dos por
tres, pero es más fácil cerrar los ojos y pensar que seremos eternos, que
siempre habrá mañana y que el mes que viene empezaremos a ser felices. Pero el
mes que viene, mañana, en diez minutos puede ser tarde, demasiado tarde para ti,
para mí. Así que basta de excusas. Basta de justificaciones y evasivas. Pinta
una sonrisa en tu boca ahora, ¡ya!, pues el cerebro no distingue entre las
falsas y verdaderas, y empieza a construir la vida que siempre has querido.
Porque te lo mereces. Porque te lo debes. Porque solamente estás de paso, de un
paso muy corto.