lunes, 15 de febrero de 2016

Alimenta tus demonios


"Sleep tight, someone's always by your side"

Alimenta tus demonios y abrázalos fuerte, por más de mil noches gritarán tu nombre en la oscuridad. Puedes cerrar los ojos e invocar al sueño, puedes adéntrate en tu mente y traer dulces pensamientos de rosa y color, pero su abrazo frío siempre estará ahí.

Alimenta a tus demonios y no derroches tus fuerzas intentando entender esta lucha por el trono de la mentira del no sentir. No suspires sus nombres, pues al exhalarlos ya habrán desaparecido. Abraza a tus demonios y hazlos fuertes en ti.

Alimenta tus sombras hasta que sean oscuras como ala de cuervo y hasta que sus cuernos sean duros como roca. Conviértete en tus diablos y crece con ellos hasta que se ajusten a tu cuerpo como el algodón. Abrázalos, acéptalos y hazte su amigo, van a permanecer contigo hasta el final. 

jueves, 31 de diciembre de 2015

Tiempo



"Time what is time - unlock the door and see the truth - then time is time again"


Todo nace y todo muere. Todo muere para renacer. Muramos hoy, ahora, con cada expiración para renacer de nuevo a cada bocanada de aire. Muramos viviendo a cada instante hasta fundirnos, al final, con el firmamento estrellado.

Tiempo de reflexionar y morir. Tiempo de ahondar y vivir. Tiempo eterno que se nos escapa de las manos para convertirnos en lo mismo, en eternidad. Tiempo de dejar atrás y comenzar de nuevo. Tiempo de mirar atrás y despedirse sin mirar hacia adelante. Tiempo.


Feliz 2016. 

jueves, 26 de noviembre de 2015

Sin embargo...



"One never knows the ending. One has to die to know what happnes exactly after death"


Nací en el seno de una familia muy humilde, una de aquellas que apenas podía comer más que arroz y en la que la carne o el pescado era todo un lujo. Pero por azares del destino, Dios, el Universo o quien quiera que guíe nuestras vidas, me dotó con una gran capacidad para el deporte. Si me cuidaba, si entrenaba y ponía todo el esfuerzo del mundo, podía sacar a mi familia de la miseria.

Un día lluvioso, entrenando, resbalé y caí de tal forma que mi pierna se rompió por tres lugares, mi cadera se desencajó y mi carrera deportiva terminó sin haber empezado. Todas nuestras esperanzas, disueltas en lágrimas amargas. Sin embargo, mientras yo caía, mi país entró en guerra con el país vecino. El ejército, como no podía ser de otra forma, vino a mi aldea a reclutar a todos los chicos en condiciones de luchar. Yo no fui uno de ellos y podía gozar viviendo más años.

En aquella guerra murió mucha gente, demasiada, pero a los supervivientes, y en medio de grandes celebraciones, les dieron una cuantiosa remuneración vitalicia. Nosotros seguíamos en la miseria, y los que habían ido a la guerra eran, ahora, pudientes. Sin embargo, una ola de crímenes y robos acabó con sus vidas con nocturnidad y alevosía y su fortuna desapareció. Como yo era pobre, seguí vivo, y entrenando a un equipo deportivo de niños de la aldea.

Nos jugábamos el campeonato infantil y el día señalado, una enfermedad me impidió dirigir  al equipo y me obligó a guardar reposo en mi minúscula casa, lejos de la aldea. De nuevo, mis sueños y alegrías se veían frustrados. Sin embargo, los niños jugaban cuando un temblor partió el campo por la mitad, creando una de las mayores catástrofes naturales que se recuerden.

Viéndome con vida y sin aldea, decidí ir a probar fortuna a la gran ciudad. Hablaban otro idioma, y las posibilidades de encontrar un trabajo que me sustentara menguaban a cada instante. ¡Ya podía haber aprendido todos los idiomas del país! Sin embargo, el equipo de la ciudad fichó a un joven prometedor que solamente hablaba el mismo idioma que yo, así que el club me fichó para ayudarle en los entrenos.

Aquél equipo no levantaba cabeza, a pesar de tener grandes jugadores. Los malos resultados venían uno tras otro. Como siempre, iba a caer a la peor de las situaciones, pues la destitución del técnico era inminente. Sin embargo, cuando se produjo, la única opción para el banquillo fui yo. Y aquí estoy, entrenando a un equipo de primer nivel, comiendo carne y pescado a diario y, por curioso que parezca, teniendo buenos resultados.

Sin embargo, he aprendido que todo puede torcerse para volverse a enderezar. 

viernes, 30 de octubre de 2015

¡Que te jodan!


"No permitas que nadie diga que eres incapaz de hacer algo, ni siquiera yo"

¿Tú sabes quién eres? ¿Lo sabes de verdad? Pues no tengas ninguna duda, eso es lo que cuentan. Deja que lenguas viperinas hablen sobre ti, te juzguen y cataloguen. Deja que lenguas soberbias y altivas de víbora te digan qué puedes hacer y de qué eres incapaz. No es más que un espejo, un fiel reflejo de su propio veneno.

¿Tú sabes lo que has vivido? ¿Tienes una perspectiva clara de tu vida y todos los “por qués”? Pues que te etiqueten e intenten hacerte de menos. Permíteles su juego con cartas trucadas y que se crean esa falsa sensación de triunfo, que la basura que vomitan es un fiel reflejo de su alma.

¿Sabes dónde estás y, sobre todo, por qué? ¿Estás seguro de las decisiones que has tomado en tu vida? Pues solo tienes que decirles una cosa: ¡que te jodan! 

viernes, 23 de octubre de 2015

Hasta que nuestro reino caiga



"When you travel through the darkness and it´s hard to find the way
I will stand by you UNTIL OUR KINGDOM FALLS"

Cuando empiece tu viaje hacia la oscuridad, cuando tengas que emprender el camino hacia la larga noche sin nada que guíe tu camino estaré a tu lado hasta que nuestro reino se derrumbe. Cuando zarpes hacia el mañana sin sol, hacia la tierra donde no brilla ninguna estrella, hazlo sin miedo, pues seguiré a tu lado hasta que  nuestro reino caiga.

No tengas miedo, simplemente respira una última vez y lánzate al vacío. Deja atrás tantas experiencias, tanta vida vivida y adéntrate en último misterio por resolver. Deshaz el último nudo que ata tu estómago y ve, que yo seguiré junto a ti hasta que nuestro reino se desplome.


Ya está. La luz de este sol quizá ya no te abrace, pero quien sabe si otros muchos soles te acariciarán. Ya no estás aquí, estás en todas partes. En mí, en él y en ella. En los árboles y en el aire.  Ya no estás aquí, y sin embargo estás aquí, presente en todo momento, mientas nuestro reino se desmorona.

viernes, 9 de octubre de 2015

El mundo de Marcel



"Señorita, ¿aquí que pone, que me distraigo con facilidad o que me distraigo con felicidad?"

La actividad era fácil, así lo requería la edad de los niños. Las sillas estaban agrupadas en varias islas desiguales: una estaba formada por cuatro, otra por seis, había alguna silla suelta e, incluso, había una gran isla formada por diez sillas.

Acto seguido, la profesora les dijo a los alumnos que se repartieran entre las islas, y como era lógico, en la isla más grande había más niños que en las islas pequeñas. Pero resultó que el ejercicio no se hacía así, y la profesora los repartió de forma desigual. Dos niños encima de la silla solitaria, tres niños encima de la isla de seis sillas, siete niño en la isla de cuatro y otros tres niños en la gran isla de diez sillas.

“Señorita, pero así no podemos estar”, dijo uno de los alumnos. “Entonces, ¿qué harías?”, y cuando el niño protestón bajó de la isla de cuatro sillas para ir a de diez, la señorita lo cogió y lo devolvió a su sitio original.

“Chicos, esto es lo que pasa en la vida real. Cada isla representa un país, incluso un continente, y cuando algunos intentan estar más cómodos y con más espacios, no se les deja. ¿Alguien sabe por qué?”. Tímidamente, Marcel levantó la mano. “Yo creo que lo sé, señorita. Es porque no lo piden por favor, ¿verdad?”.

Yo quiero vivir en el mundo de Marcel.


viernes, 11 de septiembre de 2015

Pescado fresco


"Encuéntrate y sé tú mismo"

Un hombre abrió su propio negocio, vendía pescado. Para publicitarlo y que la gente lo supiera, puso un cartel explícito: “Aquí se vende pescado fresco”.


Un transeúnte que pasaba por allí le preguntó “¿por qué pones aquí? Si no es aquí, ¿dónde sería?”, e inmediatamente el orgulloso empresario borró la palabra. Unos días después, otro transeúnte le preguntó “¿Por qué pones se vende? ¿Es que acaso lo regalas?”. Tras pensarlo unos segundos, borró la expresión.

“¿Por qué escribes pescado?” preguntó un tercer transeúnte, “ya se ve que vendes pescado”, así que el vendedor tachó la palabra. Finalmente, un cuarto caballero le dijo “¿pretendes venderlo congelado? Nadie lo compraría, ese cartel que pone fresco confunde”, así que el empresario quitó el cartel.

Unos días después, un último señor entró en la tienda y le dijo “no se sabe lo que vendes. Yo pondría un cartel que pusiese Aquí se vende pescado fresco”, e ipso facto el tendero colgó, de nuevo, el primer cartel.