"- Quién eres tú?
-Ya no lo sé, señor, he cambiado tantas veces que ya no lo sé "
O sea que tú eres tú. Eso afirmas, de forma rotunda y
concisa. Pero, ¿Quién eres tú? Ah, bien, entiendo, tú eres tú. Magnífica
definición, faltaría más. No tienes ni idea, ¿verdad? ¿Eres el tú de antes o el
de ahora? Ah, el mismo… Y mañana, ¿serás el tú de hoy? Con qué convicción lo
afirmas. ¿Cómo lo sabes? ¿Por qué siempre ha sido así? ¿Y si estás equivocado?
Esperémoslo, porque si no, que vida más aburrida. El mismo ayer, el mismo hoy y
el mismo mañana…
¿Y si no hubieses seguido al conejo blanco? ¿Seguirías
siendo tú? O si la botellita hubiese estado vacía o el pastel, comido. ¿Te has
llegado a preguntar si tú serías tú sin cada instante, sin cada decisión, sin
cada consecuencia de lo que has vivido? Hombre, quizá un helado de chocolate en
vez de uno de fresa no marque las diferencias, pero… ¿serías el mismo tú?
Toma, fuma un poco. No demasiado, que el exceso nubla la mente.
Escucha, piensa y medita, ¿y si tú no eres tú y esto no es esto? ¿Y si vives dormido
pensando que estás despierto? Porque su tú eres tú hoy, ayer y mañana, es que
el inmovilismo se ha apoderado de ti. Con lo que tú no serías tú. Serías
rutina.
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