"No matter what the cost my soul's the price to see her"
Como la última vez, llovía. Como la última vez, un mensaje te invitaba a salir por ahí. También como la última vez, sabías que ibas a ir, aún siendo consciente de que las risas serían sólo falsas máscaras de hipocresía, que el dolor sería tu aliado y que clamarías al cielo ante la incomprensión. "La juventud", te dices, intentado buscar algo de lógica en aquel maremagnum de sentimientos. Sentimientos propios y ajenos.
Muchas cosas han pasado desde la otra vez. Tres semanas, o quizá cuatro, dan para mucho. Desde hablar de pasos y escuchar de sus labios que está falta de cariño, hasta sorprenderte tras un "te voy a ayudar a que seas feliz". ¿Y porqué diablos pensará que no lo eres? Quedas que la pasarás a buscar por su casa para evitar la lluvia. La ves y se te corta la respiración. Como siempre, está preciosa. Como siempre, su sonrisa despierta demasiadas cosas en tu interior. Cosas que desearías borrar, pero no puedes. Al fin y al cabo, sólo eres un hombre. Sólo un hombre.
Vais a un bar. Tu amigo, ella y tú. El ambiente es mejor de lo que podrías haber pensado. Risas, bromas, puyas... No lo entiendes, pero flota algo en el aire que te hace pensar que las cosas cambiarán. Ilusiones que se esfuman como castillos en el aire. "Vamos a la discoteca", cortan de sopetón. Y como siempre, tú al volante atento porque no les pase nada. De bueno, pareces tonto. Temiendo lo peor, entras en el recinto. Y para sorpresa, mr. Sonrisa Profident no está. Quizá aquellos castillos se materialicen. Quizá, la venta sea, en, verdad, un castillo. Y acorde tras acorde, canción tras canción, algo nace. Algo parecido a la esperanza. Sonaba una gran canción cuando, sin previo aviso, lo viste entrar. Y las melodías destrozaron tu corazón. Y para más inri, al DJ se le ocurre poner Forever, canción que tiñó de pesares la otra noche.
Esta vez crees que vuelves solo a casa, así que, sin importante nada, le pides a Baco que te sirva una ginebra cargadita mientras evocas a Espronceda, como la última vez. Qué más da, el mundo puede irse a tomar por culo, piensas mientras le das un trago al vaso. Dices que te vas, y ante tu sorpresa, tu amigo dice que se va contigo. ¡Maldición! no vas solo y el alcohol hace mella en tu cuerpo. Te maldices por ser tan irresponsable, pero ya no hay vuelta atrás. El coche deberá ir a cuarenta kilómetros por hora. Ya habrá tiempo de ponerlo a ciento cincuenta cuando lo dejes. Además, el camino que te tocará recorrer solo tiene un sin fin de cuervas. Justo como ella...
Al final llegas a casa sano y salvo. Tantos accidentes que hay en las carreteras, y nunca te toca a ti. Subes a la habitación, esperando que Savatage y su Believe pongan las lágrimas que hace tiempo se te secaron, pero recuerdas que le prestaste el cd a alguien. Es igual, otra canción la suplirá. Play y encuentras algo más que música. Encuentras comprensión, apoyo, solidaridad. Encuentras palabras que te describen, melodías que te definen... Memories can only last so long ... Como trozos de ti que, poco a poco, van formando tu personalidad, tu vida. Where's the light, turn 'em on again, one more night to believe and then, another note for my requiem... the story's over when the crowds are gone . Sí, la historia se acaba, se ha acabado, porque estás solo. Solo con el perro, como siempre. Quizá sea nostalgia, quizá tristeza lo que te invade... playing the saddest song now that the lights are gone ... El cansancio te puede, y mientras suenan las últimas notas, una lágrima resbala por tu alma... and the lights, turn them off my friend, and the ghosts well just let them in, 'cause in the dark is easier to see ...
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