"No existe gratificación alguna para los sentimiento frustrados"
¡Qué dilema! ¿Playa o prefieres ir a la montaña? Difícil
decisión, pues aunque parezca algo simple, algo que deberías saber ya, hay
muchas cosas que entran en juego y que aún no sabes. Tener un pisito con vistas
al mar, dejar que las olas te mezan y sentir la brisa salda en verano está
bien. Pero una hoguera en invierno mientras ver caer la nieve, y bañarte en el
lago en verano tiene mucho encanto.
“¿Estás loco? ¿Cómo puedes dudarlo? La playa, sin duda
alguna”. Frases que te repiten una y otra vez, y la playa parece ser una opción,
la mejor y más lógica. Así que avanzas por la carretera hasta el cruce. ¿Playa
o montaña? “¿Cómo puedes dudarlo?”. El sol, una paellita y la brisa del mar.
Pero el lago y la chimenea… LA BRISA SALADA DEL MAR. Bueno, parece que estaba
decidido de antemano, vayamos a la playa, a que el sol acaricie nuestra piel y
a disfrutar de las olas.
Finalmente aquí, con las gaviotas de fondo y la brisa marina
acariciando tu piel, no puedes dejar de pensar en la chimenea y en que siempre
te gustó más mirar la nieve al lado de la chimenea.
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