"But I wanna know what lies behind the gate of their hell. And I won't believe all the stories that they always tell. I got the mind to find out what is right and what's wrong.
Freedom calling..."
Freedom calling..."
Andas perdido. Todos andamos perdidos, hijo. De eso se trata la vida, de
resignación, de ceguera y de esperanza. De no cuestionar nada y de esperarlo
todo. Ven, ven conmigo. Toma mi mano o, mejor, permite que tome la tuya.
Permíteme que te guíe por las estaciones de miedo, dudas y esos deseos irrefrenables
de vida, tú tan solo esfuérzate en acallar esas voces que te incitan a
preguntarte, a acercarte a la puerta del infierno para ver que hay detrás, a
bajar de la cruz para comprobar si realmente hay estigmas.
Te dirán que puedes valerte por ti mismo, que en tu mente, en tu corazón
encontrarás las fuerzas, la brújula que te lleve al paraíso. ¡Falacias! Tú
sígueme, hazme caso, cree firmemente en lo que te diga, pues yo soy la
salvación y a través de mí llegarás a los jardines del Edén, llenos de paz.
Entiende, hijo, que nuestro símbolo tan reconocido no es una señal de peligro para mantenerte alejado del
paraíso. ¡Son sus llaves! No les hagas caso, no escuches las voces de aquellos
que dicen ser libres, son solo almas errantes. La meta no es esta vida, esto es
basura, un tiempo limitado. Sígueme a la eternidad como oveja que sigue al
pastor.
No hagas caso a sus gritos: ¡que el cielo espere, que yo vivo hoy! ¡Que el
cielo espere, que viviré bailando la danza de la vida hasta que muera! No
escuches sus mentiras y cantos de sirena. Escúchame a mí, solo a mí, y no te
cuestiones nada. Así llegarás al paraíso, aunque la felicidad se te escape de
las manos como si fuese arena de playa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario