viernes, 13 de diciembre de 2013

Alea Iacta Est


"La suerte no existe, eres tú quien la trae"

Sí o no. Entras o sales. O, mejor, te quedas en el burladero, seguro y con una mantita en los hombros, por si refresca. Sí, puedes quedarte ahí quietecito, refugiándote del viento, viendo como paso por delante de ti, alejándome cada vez más, mientras tu suspiras por lo que podría haber sido y no fue. ¿Y todo por qué? Por ese tejadito que te protege de la lluvia. Quédate, miéntete a ti mismo pensando en el calorcito y lo confortable que se está ahí. Pero sabe que al final no sirve. Sabes que al final entras o sales. Al final es un sí o un no.

Bien, veo que te decides. Estoy contenta, la verdad, me alegro de no haber criado una gallina. Co, co, co… ¿Lo notas ya? ¿Notas esos cuervos volando en tu estómago, posándose en tus tripas y picoteándote por dentro? Ay, el amor son mariposas en el estómago, dicen. No, no saben nada. Esto es lo que vale, ese desgarro, las piernas que no pueden aguantarte y las rodillas que dan de sí. Eso soy yo, tenlo presente. Siente el miedo, la esperanza y la ilusión. Siente el vértigo mareante y el clavo ardiendo al que quieres aferrarte. Siénteme en ti, recorriendo  cada milímetro de tu cuerpo, de tu mente y de tu espíritu. Siente como te poseo y como te agito.

Has tomado una decisión, lo veo en tu mirada, en tu porte. En tu forma de caminar. Coge el cubilete y agítalo. Tira la moneda y veremos qué pasa, ya nada más puedes hacer. Simplemente mira como gira, suspendida en el espacio, y cruza los dedos porque salga cara. La suerte está echada.  

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