miércoles, 27 de noviembre de 2013

Mi vida por un último día


"Heaven can wait 'till another day 'cause there ain't no reason to leave"

No, no entiendo… no entiendo qué pasa. Me siento extraño, etéreo, como transparente. Y eso de abajo… eso de abajo ¡es mi cuerpo! Esta sensación de irrealidad, el túnel con esa luz tan brillante… ¿será el ángel de la muerte que viene a buscarme?

No, no puede ser. ¡No puedo irme, aún! Hay tanto por hacer, tanto por decir y disfrutar… un último beso y otra caricia más. Un sorbo de vida mirando las estrellas del cielo, lejos de la ciudad y su contaminación luminosa. Inspirar una última vez aires de  diversión y felicidad… Dios del cielo, rompí el reloj de arena de mi vida y ahí estaba, sentado, viendo como se me escapaba entre los dedos, y ahora tan sólo hay lamentos.

Si pudiera vivir un poco más, tan sólo un día más… si pudiera volver en el tiempo, me diría que el cielo puede esperar y que el miedo es una venda atada a los ojos. Un día más para ver que la vida no es un barco naufragando en la orilla, y que si lo fuera, todo el mundo puede nadar cien metros, hasta llegar a la playa. Un día, una hora más para sentarme junto a la chimenea y sentir un último abrazo.

Qué tonto fui, que tontos somos. Y sí, en esta hora funesta me permito generalizar. Ideas de eternidad que no se las cree nadie excepto nosotros, y como en la oca, movemos ficha sin mirar qué casillas nos saltamos.  Mi vida por un día más, tan sólo un día más para disfrutar de un último amanecer escuchando el murmullo del mar, rompiendo con furia en las rocas. Un día más para descorchar una de vida, beber hasta emborracharme y sentir como la lluvia choca contra mi cara desnuda.

Si tan sólo tuviera un día más… espera, ¿y si esto no es más que un sueño y lo tengo? ¿Y si en verdad tengo toda una vida para exprimirle hasta la última gota? ¿Osaré?...

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