viernes, 6 de marzo de 2015

El río


"Para poder seguir tengo que empezar todo de nuevo"

Siéntate aquí, a su orilla, y óyelo discurrir. Escucha como fluye el río ante la atenta mirada de la noche, tan llena de sonidos que hace el silencio más profundo. El río te habla, y si lo escuchas bien, si apartas todo de tu cabeza y le prestas atención, te cantará la vida.

El río, siempre infinito. Al mismo tiempo que nace, muere. Aún es hielo cuando se disuelve en la sal de la mar. Ese mismo río que ves, que tocas, que te acuna entre susurros, lo ve, toca y acuna a alguien que ni siquiera imaginas. Esos murmullos que te relajan y vacían tu mente, aquí, ahora, en este mismo instante, relajan y vacían la mente de otro, también en este mismo instante.

El tiempo, semejante patraña que hemos inventado para mortificarnos. El tiempo, grilletes que vestimos gustosamente para otorgarnos la liberación de la excusa. El tiempo, la cuadratura que hemos hecho a nuestra existencia para encasillarnos. El tiempo… y mientras, el río fluye, naciendo y muriendo en cada instante.  

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