jueves, 31 de diciembre de 2015

Tiempo



"Time what is time - unlock the door and see the truth - then time is time again"


Todo nace y todo muere. Todo muere para renacer. Muramos hoy, ahora, con cada expiración para renacer de nuevo a cada bocanada de aire. Muramos viviendo a cada instante hasta fundirnos, al final, con el firmamento estrellado.

Tiempo de reflexionar y morir. Tiempo de ahondar y vivir. Tiempo eterno que se nos escapa de las manos para convertirnos en lo mismo, en eternidad. Tiempo de dejar atrás y comenzar de nuevo. Tiempo de mirar atrás y despedirse sin mirar hacia adelante. Tiempo.


Feliz 2016. 

jueves, 26 de noviembre de 2015

Sin embargo...



"One never knows the ending. One has to die to know what happnes exactly after death"


Nací en el seno de una familia muy humilde, una de aquellas que apenas podía comer más que arroz y en la que la carne o el pescado era todo un lujo. Pero por azares del destino, Dios, el Universo o quien quiera que guíe nuestras vidas, me dotó con una gran capacidad para el deporte. Si me cuidaba, si entrenaba y ponía todo el esfuerzo del mundo, podía sacar a mi familia de la miseria.

Un día lluvioso, entrenando, resbalé y caí de tal forma que mi pierna se rompió por tres lugares, mi cadera se desencajó y mi carrera deportiva terminó sin haber empezado. Todas nuestras esperanzas, disueltas en lágrimas amargas. Sin embargo, mientras yo caía, mi país entró en guerra con el país vecino. El ejército, como no podía ser de otra forma, vino a mi aldea a reclutar a todos los chicos en condiciones de luchar. Yo no fui uno de ellos y podía gozar viviendo más años.

En aquella guerra murió mucha gente, demasiada, pero a los supervivientes, y en medio de grandes celebraciones, les dieron una cuantiosa remuneración vitalicia. Nosotros seguíamos en la miseria, y los que habían ido a la guerra eran, ahora, pudientes. Sin embargo, una ola de crímenes y robos acabó con sus vidas con nocturnidad y alevosía y su fortuna desapareció. Como yo era pobre, seguí vivo, y entrenando a un equipo deportivo de niños de la aldea.

Nos jugábamos el campeonato infantil y el día señalado, una enfermedad me impidió dirigir  al equipo y me obligó a guardar reposo en mi minúscula casa, lejos de la aldea. De nuevo, mis sueños y alegrías se veían frustrados. Sin embargo, los niños jugaban cuando un temblor partió el campo por la mitad, creando una de las mayores catástrofes naturales que se recuerden.

Viéndome con vida y sin aldea, decidí ir a probar fortuna a la gran ciudad. Hablaban otro idioma, y las posibilidades de encontrar un trabajo que me sustentara menguaban a cada instante. ¡Ya podía haber aprendido todos los idiomas del país! Sin embargo, el equipo de la ciudad fichó a un joven prometedor que solamente hablaba el mismo idioma que yo, así que el club me fichó para ayudarle en los entrenos.

Aquél equipo no levantaba cabeza, a pesar de tener grandes jugadores. Los malos resultados venían uno tras otro. Como siempre, iba a caer a la peor de las situaciones, pues la destitución del técnico era inminente. Sin embargo, cuando se produjo, la única opción para el banquillo fui yo. Y aquí estoy, entrenando a un equipo de primer nivel, comiendo carne y pescado a diario y, por curioso que parezca, teniendo buenos resultados.

Sin embargo, he aprendido que todo puede torcerse para volverse a enderezar. 

viernes, 30 de octubre de 2015

¡Que te jodan!


"No permitas que nadie diga que eres incapaz de hacer algo, ni siquiera yo"

¿Tú sabes quién eres? ¿Lo sabes de verdad? Pues no tengas ninguna duda, eso es lo que cuentan. Deja que lenguas viperinas hablen sobre ti, te juzguen y cataloguen. Deja que lenguas soberbias y altivas de víbora te digan qué puedes hacer y de qué eres incapaz. No es más que un espejo, un fiel reflejo de su propio veneno.

¿Tú sabes lo que has vivido? ¿Tienes una perspectiva clara de tu vida y todos los “por qués”? Pues que te etiqueten e intenten hacerte de menos. Permíteles su juego con cartas trucadas y que se crean esa falsa sensación de triunfo, que la basura que vomitan es un fiel reflejo de su alma.

¿Sabes dónde estás y, sobre todo, por qué? ¿Estás seguro de las decisiones que has tomado en tu vida? Pues solo tienes que decirles una cosa: ¡que te jodan! 

viernes, 23 de octubre de 2015

Hasta que nuestro reino caiga



"When you travel through the darkness and it´s hard to find the way
I will stand by you UNTIL OUR KINGDOM FALLS"

Cuando empiece tu viaje hacia la oscuridad, cuando tengas que emprender el camino hacia la larga noche sin nada que guíe tu camino estaré a tu lado hasta que nuestro reino se derrumbe. Cuando zarpes hacia el mañana sin sol, hacia la tierra donde no brilla ninguna estrella, hazlo sin miedo, pues seguiré a tu lado hasta que  nuestro reino caiga.

No tengas miedo, simplemente respira una última vez y lánzate al vacío. Deja atrás tantas experiencias, tanta vida vivida y adéntrate en último misterio por resolver. Deshaz el último nudo que ata tu estómago y ve, que yo seguiré junto a ti hasta que nuestro reino se desplome.


Ya está. La luz de este sol quizá ya no te abrace, pero quien sabe si otros muchos soles te acariciarán. Ya no estás aquí, estás en todas partes. En mí, en él y en ella. En los árboles y en el aire.  Ya no estás aquí, y sin embargo estás aquí, presente en todo momento, mientas nuestro reino se desmorona.

viernes, 9 de octubre de 2015

El mundo de Marcel



"Señorita, ¿aquí que pone, que me distraigo con facilidad o que me distraigo con felicidad?"

La actividad era fácil, así lo requería la edad de los niños. Las sillas estaban agrupadas en varias islas desiguales: una estaba formada por cuatro, otra por seis, había alguna silla suelta e, incluso, había una gran isla formada por diez sillas.

Acto seguido, la profesora les dijo a los alumnos que se repartieran entre las islas, y como era lógico, en la isla más grande había más niños que en las islas pequeñas. Pero resultó que el ejercicio no se hacía así, y la profesora los repartió de forma desigual. Dos niños encima de la silla solitaria, tres niños encima de la isla de seis sillas, siete niño en la isla de cuatro y otros tres niños en la gran isla de diez sillas.

“Señorita, pero así no podemos estar”, dijo uno de los alumnos. “Entonces, ¿qué harías?”, y cuando el niño protestón bajó de la isla de cuatro sillas para ir a de diez, la señorita lo cogió y lo devolvió a su sitio original.

“Chicos, esto es lo que pasa en la vida real. Cada isla representa un país, incluso un continente, y cuando algunos intentan estar más cómodos y con más espacios, no se les deja. ¿Alguien sabe por qué?”. Tímidamente, Marcel levantó la mano. “Yo creo que lo sé, señorita. Es porque no lo piden por favor, ¿verdad?”.

Yo quiero vivir en el mundo de Marcel.


viernes, 11 de septiembre de 2015

Pescado fresco


"Encuéntrate y sé tú mismo"

Un hombre abrió su propio negocio, vendía pescado. Para publicitarlo y que la gente lo supiera, puso un cartel explícito: “Aquí se vende pescado fresco”.


Un transeúnte que pasaba por allí le preguntó “¿por qué pones aquí? Si no es aquí, ¿dónde sería?”, e inmediatamente el orgulloso empresario borró la palabra. Unos días después, otro transeúnte le preguntó “¿Por qué pones se vende? ¿Es que acaso lo regalas?”. Tras pensarlo unos segundos, borró la expresión.

“¿Por qué escribes pescado?” preguntó un tercer transeúnte, “ya se ve que vendes pescado”, así que el vendedor tachó la palabra. Finalmente, un cuarto caballero le dijo “¿pretendes venderlo congelado? Nadie lo compraría, ese cartel que pone fresco confunde”, así que el empresario quitó el cartel.

Unos días después, un último señor entró en la tienda y le dijo “no se sabe lo que vendes. Yo pondría un cartel que pusiese Aquí se vende pescado fresco”, e ipso facto el tendero colgó, de nuevo, el primer cartel. 

sábado, 27 de junio de 2015

El muro



"Más allá del Muro hay monstruos, gigantes y gules, sombras que acechan y muertos que caminan, pero no podrán pasar mientras el Muro se mantenga firme y existan los hombres de la Guardia de la Noche. Así que duerme, mi pequeño Brandon, mi niño, y sueña con cosas bonitas. Aquí no hay monstruos"

Dicen que a lo lejos, allá donde no es posible llegar y el frío lo domina todo, existe un muro que nos mantiene a salvo, lejos de monstruos que amenazan nuestras vidas apacibles y tranquilas. Dicen que ese muro es infranqueable, una sólida roca de hielo, esperanza y ceguera que permite al sol brillar aquí, en nuestro reino, en nuestra vida.

Dicen que hay diez mil hombres guardando ese muro. Diez mil hombres que se interpondrán entre la pesadilla y tu bienestar. Hombres fuertes, aguerridos y valientes que darán su vida para que tú puedas seguir con la tuya tranquilamente, ajeno a cualquier miedo que se esconda en las sombras.

Monstruos, gigantes y muertos, eso es lo que habita tras el muro, o eso dicen. Monstruos y miedos recluidos, expulsados y alejados de ti. Lo que no dicen, quizá lo que no saben, es que esos monstruos, gigantes y muertos han aprendido a trepar, y que al final llegarán para darte un baño de realidad.

viernes, 8 de mayo de 2015

Deseos


"Si deseas algo con todas tus fuerzas, el universo te lo concede"

Dicen que, si deseas algo con todas tus fuerzas, el universo te lo concede. Ilusionado, le pedí felicidad, y el universo hizo que mi padre muriera uno años después de que lo hiciese mi abuelo, y me dijo que mi hijo moriría unos años tras mi propia muerte.


Le pedí éxito y riquezas y me ofreció un trabajo tan bien pagado que me exigió todo el tiempo del que disponía. Familia, amigos e ilusiones, todas enterradas en una piscina de monedas en la que no podía bañarme por falta de tiempo.

Finalmente le pedí que le diera paz a mi espíritu, y me despojó de todo, abandonándome en medio de la selva sin nada más que unos ropajes para guarecerme del frío. Sin posesiones, sin compañía, sin más necesidades de las que podía alcanzar por mí mismo.

Así que, finalmente, aprendí a tener cuidado con lo que deseo, pues el universo me lo concederá.

sábado, 4 de abril de 2015

Si el Principito volviese


"Únicamente los niños saben lo que buscan"

Si el Principito dejase su asteroide y viniera a visitarme, vería que al caminar miro al suelo, viendo asfalto y porquería en vez del mundo. Vería que la luz de la ciudad y la miopía que yo mismo me creo me impiden ver las estrellas, por no decir su rosa querida y preciada. Vería que, cuando la brisa corre, voy a resguardarme en vez de sentirla en la cara y me llena los pulmones.

Si volviese, el Principito vería como he domesticado a las máquinas. Siempre con un teléfono en mano, ajetreado leyendo lo que me dice. Bueno, sería más honesta decir que él me ha esclavizado a mí. Igual que un reloj, el coche la televisión. Siempre es más fácil dejar que te llenen la cabeza que llenártela tu solo.

Si el Principito decidiese volver vería como solo busco preguntas con respuesta y como la lógica domina mi rutina. Vería mi rostro, serio y amargado, cuando un puñado de niños pasa corriendo y armando escándalo. Sí, si el Principito decidiese volver vería como cada noche, al apagar la luz, anhelo volver el mundo como sólo él lo ve, y como cada mañana, al despertar, lo veo como una persona grande cualquiera.

Si el Principito volviese y viera mi vida de adulto se pondría triste.  

sábado, 28 de marzo de 2015

El corazón de la tormenta





"Just like a breaking wave, a moment of life and then it's gone"

Dentro de mí hay un sitio que se siente como el corazón de la tormenta. Una ola rompiendo en la vida antes de deshacerse en la oscuridad perpetua. Dentro de mí  hay un lugar donde se sienten los relámpagos iluminando el cielo al son del estruendo que provocan los truenos, aterrador escándalo de origen desconocido.


Como un barco a la deriva en alta mar bajo un cielo disfrazado de nubarrones oscuros. Un barco emitiendo S.O.S. con una esperanza ausente de que llegue a oídos. Sin rumbo, sin brújula y a voluntad del viento huracanado y la lluvia que no hace más que oxidar su esqueleto.

En el corazón de la tormenta no puedo morir, la muerte está aún lejana. Un suspiro de vida antes de ahogarse en el fondo del mar solo para salir a superficie y llenar, de nuevo, los pulmones de aire. Como un naufragio  en un islote diminuto en medio de la nada y azotado por rayos. Dentro de mi hay un sitio que se siente como el corazón de la tormenta.


domingo, 22 de marzo de 2015

Huyendo de la muerte


"El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional"

Cuentan que en una época pasada, en un país remoto, un hombre seguía una rutina muy marcada. Al despuntar el alba se acicalaba, desayunaba e iba al mercado. Todos los días de cada mes el hombre seguía este protocolo, temeroso de romperlo por si el mal se escondía tras una esquina.


Cierto día, tras su refrigerio matinal, salió hacia el mercado, y entre el gentío vio a la muerte esperándolo y como hacía un gesto amenazador. Asustado, el hombre escapó del mercado, huyendo a casa de un muy querido amigo suyo. “Por favor, amigo –le dijo-, préstame un caballo veloz, pues tengo que irme al pueblo vecino para escapar de la muerte que me acecha”.

Tras prestarle el caballo más veloz, el amigo partió al mercado. Y, también él, encontró a la muerte entre el gentío. “¿Por qué has acechas a mi amigo? ¿Por qué le haces esos gestos amenazantes?”. “¿Amenazas? –preguntó la muerte-. Era un gesto de sorpresa al encontrarlo aquí, pues esta noche debo reunirme con él en el pueblo vecino”.

viernes, 13 de marzo de 2015

Los cinco ciegos y el elefante


"Todo depende del cristal con que se mira"

Hace mucho tiempo, en un país lejano en mitad de la jungla, sacerdotes de diferentes religiones y sus seguidores discutían acerca de la vida y la verdad. “La nuestra es la única verdad, y los que no la aceptáis os purificaréis en fuego”, “No, nuestro Dios es el verdadero, así que arrodíllate, le debes sumisión”. Las palabras se convirtieron en golpes, y éstos en sangre y muerte. Finalmente, la noticias llegó a oídos del rey del país.

El rey, sin dilación, reunió a los sacerdotes. “Traedme un elefante y a cinco ciegos de nacimiento”, ordenó a sus súbditos. A la mañana siguiente, en mitad del palacio, estaba el animal y los cinco ciegos. Ordenó que uno de los invidentes tocara la cola del elefante, otro que tocara la trompa. El tercero, una de sus patas, y la oreja el cuarto. Finalmente, el quinto ciego tocaba uno de los colmillos de marfil. “¿Y bien? –dijo el rey dirigiéndose a los ciegos-, ¿cómo es un elefante?”.

“Es como una escoba” dijo el primero. “Es como una flauta larga y gruesa” dijo el segundo. El tercero, sin pensarlo y acariciando la planta del elefante, dijo “es una especie tronco, largo y duro”.  “Es… es como un flabelo algo rígido, pero tan grande que da mucho aire”. Finalmente, el quinto dijo “El elefante es un asta. Fría, dura y alargada”. Escuchándose unos a otros,  los ciegos empezaron a pelearse.

“¿Lo entendéis, ahora?” dijo el rey observando a los atónitos sacerdotes.

viernes, 6 de marzo de 2015

El río


"Para poder seguir tengo que empezar todo de nuevo"

Siéntate aquí, a su orilla, y óyelo discurrir. Escucha como fluye el río ante la atenta mirada de la noche, tan llena de sonidos que hace el silencio más profundo. El río te habla, y si lo escuchas bien, si apartas todo de tu cabeza y le prestas atención, te cantará la vida.

El río, siempre infinito. Al mismo tiempo que nace, muere. Aún es hielo cuando se disuelve en la sal de la mar. Ese mismo río que ves, que tocas, que te acuna entre susurros, lo ve, toca y acuna a alguien que ni siquiera imaginas. Esos murmullos que te relajan y vacían tu mente, aquí, ahora, en este mismo instante, relajan y vacían la mente de otro, también en este mismo instante.

El tiempo, semejante patraña que hemos inventado para mortificarnos. El tiempo, grilletes que vestimos gustosamente para otorgarnos la liberación de la excusa. El tiempo, la cuadratura que hemos hecho a nuestra existencia para encasillarnos. El tiempo… y mientras, el río fluye, naciendo y muriendo en cada instante.  

domingo, 1 de marzo de 2015

El abrazo final



"El miedo original es el miedo a la muerte"

Ahí está. Lejos, muy lejos en el tiempo, y sin embargo ahí está. La ves, la sientes, la respiras. Te la imaginas como la nada, como un vacío oscuro, sin sentir ni padecer. Un agujero que todo lo engloba, que todo lo absorbe y que todo lo domina. Te lo imaginas, o al menos lo intentas. Pero es tan grande, su concepto es tan inabarcable que apenas puedes hacerte una pequeña idea.

Y día tras día la temes y la piensas. Días tras día, y así desde tu nacimiento, quieres ignorarla, desterrarla, mandarla bien lejos, pero está ahí, con su semillita bien plantada en lo más profundo de tu ser. No lo sabes, no quieres saberlos, menos aún admitirlo, pero te domina durante el día, te esclaviza en sueños.

Ya está, es inevitable, y lo que tenga que ser, será. Te lo dices con la boca muda y palabras vacías, te lo repites por si hay suerte y llegas a aceptarlo. Fuera, fuera esa idea te dices, mientras por detrás, de manera sibilina, la alimentas. Y así, al final de todo, cuando te toca abrazarla, te das cuenta que por amarla sin amor no has amado lo que pierdes.

lunes, 23 de febrero de 2015

Oscuridad



"La oscuridad no existe. Lo que llamamos oscuridad es la luz que no vemos"

La oscuridad te rodea. Negrura por todas partes, una oscuridad total y absoluta. No puedes ver nada, ni siquiera intuir tu mano cuando  la separas pocos centímetros de tus ojos. Podría estar a kilómetros, a eras de distancia, la sensación sería la misma. Miras a derecha e izquierda, arriba y abajo. Tanto da, solo ves oscuridad total y absoluta.


Hay que combatir, hay que derrotar a esa penumbra que todo lo atrapa, a toda esa noche que llega hasta los rincones más apartados. Te pones tu armadura, y con tu espada empiezas a golpear. Aquí, allí y un poco más lejos. Mandobles sin cesar ni precisión, tan solo mandobles histéricos.

No lo consigues. A pesar de tus esfuerzos no consigues derrotar la oscuridad que todo lo llena. La espada no es suficiente, la armadura no logra protegerte y caes de rodillas, exhausto y desquiciado por no poder derrotar la oscuridad... y pensar que la oscuridad no es más que ausencia de luz… y pensar que con una pequeña cerilla hubieses vencido…

sábado, 14 de febrero de 2015

Y el orgullo ardió



"Aquel que es demasiado pequeño tiene un orgullo grande"


Cuentan que hace mucho, en un lugar alejado en medio del bosque, en un pueblecito vivían dos mendigos, uno ciego y otro sin piernas. Ambos competían por las limosnas de los pueblerinos intentando dar más pena y lástima que el otro. Era una guerra sin cuartel, sorda y alejada de la superficie. Luchaban por ser más rico que el otro, y a raíz de esa lucha surgió el  odio.


Un día de tormenta, con rayos y truenos, sus lamentos se hacían más audibles. “No puedo ir a refugiarme, no tengo piernas para ir bajo techo. Soy el más desgraciado de todos” decía uno al son que unas cuantas monedas caían delante de él. “No puedo irme a ningún sitio, no veo  y podría caerme por el precipicio. Mi desgracia es la mayor de todas.” repetía el ciego mientras otras tantas monedas se apilaban a sus pies. El odio que sentían hacia el otro les incitaba a gritar más y más.

De repente un rayo cayó en un árbol y el fuego surgió. Y de este a otro árbol, y a otro y a otro. El incendio era devastador y violento. Los habitantes del pueblo huían asustados, haciendo oídos sordos a los gritos de ayuda de los dos mendigos, destinados a morir en el fuego. La solución era clara, y ambos la sabían: el mendigo ciego llevaría en hombros al mendigo sin piernas mientras este le guiaría hacia la salvación. Su odio y orgullo, sin embargo, hicieron que muriesen abrasados.

lunes, 9 de febrero de 2015

La torre de Babilonia


"No one can prevend me from rising towers in Babylon"

El cielo. Mi objetivo, mi destino, mis ansias y mis sueños. El cielo lo es todo, es lo único. Puede desaparecer el mundo, tan solo quiero llegar allá arriba, al cielo, y sentarme ante Dios. Tengo la determinación para llegar, la capacidad y las ganas. Ya puede llover o la tierra puede empezar a hervir, el cielo es mi meta y nada me impediré llegar.


Primero una piedra, luego otra. Con esfuerzo, disfrutando de cada gota de sudar que resbala por mi mente. Orgulloso de mi voluntad de abstraerme del mundo, de los míos, de la vida. Orgulloso de mira siempre hacia arriba, solamente hacia arriba, hacia el cielo, hacia mi meta. Construyendo esta torre de Babilonia y mirando hacia arriba acabaré sentado junto a Dios y mi dicha será infinita.

Piedra a piedra, escalón a escalón se derrumba, y yo caigo con ella. Piedra a piedra. Arriba, arriba estaba el cielo y mi felicidad. Abajo está el mundo y mi gente, la misma a la que desprecié y no escuché. La misma gente que me decía que los cimientos no eran firmes.

martes, 3 de febrero de 2015

Los ojos del verdugo


"Gran descanso es estar libe de culpa"

Mi cara, la de la vergüenza, escondida tras una máscara negra con apenas dos ranuras para contemplar este mundo tan cruel que me mira con desprecio y admiración. Un nudo en la soga, un hacha afilada o un revolver a punto para disparar justicia y odio irracional. Y mis manos sucias de sangre que se limpiará con un poco de agua. Sangre que no me abandona jamás.


Me juzgan, me admiran y me temen a partes iguales. ¡La justicia, el verdugo! Un hombre con corazón de hierro, un hombre sin corazón alguno. Un hombre con oscuridad en lugar de corazón, con vacío en el pecho. No, un hombre con el corazón roto y remendado mil veces y una más.

La máscara que esconde mi rostro cuando robo una vida, la misma que me persigue cuando cierro los ojos. Los ojos que me miran mientras se apagan, los ojos que me atormentan cuando cae la noche y cierro los míos, los ojos me inculpan por hacer mi deber. No juzgo, no opino, solo ejecuto órdenes. Soy inocente. Y esos ojos acusadores, esos gritos sordos, esos dedos que me señalan me ordenan coger la soga y adornar mi cuello. Que otro use la máscara.

miércoles, 28 de enero de 2015

Frustración




"No existe gratificación alguna para los sentimiento frustrados"

¡Qué dilema! ¿Playa o prefieres ir a la montaña? Difícil decisión, pues aunque parezca algo simple, algo que deberías saber ya, hay muchas cosas que entran en juego y que aún no sabes. Tener un pisito con vistas al mar, dejar que las olas te mezan y sentir la brisa salda en verano está bien. Pero una hoguera en invierno mientras ver caer la nieve, y bañarte en el lago en verano tiene mucho encanto.

“¿Estás loco? ¿Cómo puedes dudarlo? La playa, sin duda alguna”. Frases que te repiten una y otra vez, y la playa parece ser una opción, la mejor y más lógica. Así que avanzas por la carretera hasta el cruce. ¿Playa o montaña? “¿Cómo puedes dudarlo?”. El sol, una paellita y la brisa del mar. Pero el lago y la chimenea… LA BRISA SALADA DEL MAR. Bueno, parece que estaba decidido de antemano, vayamos a la playa, a que el sol acaricie nuestra piel y a disfrutar de las olas.

Finalmente aquí, con las gaviotas de fondo y la brisa marina acariciando tu piel, no puedes dejar de pensar en la chimenea y en que siempre te gustó más mirar la nieve al lado de la chimenea.